lunes, 21 de junio de 2010

THE WAKE UP CALL 1.0

Según una amiga de aquí, de San Francisco, parece que tengo una jukebox (rocola, máquina de discos) en la cabeza. Muy a menudo, especialmente cuando estamos con ella y su familia y ayudado por alguna cervecilla tiendo a sacarle canción a las cosas que se dicen en la conversación. No es que las palabras coincidan con la letra de la canción, quizá lo hagan fonéticamente; pero se activa un mecanismo en mi cabeza, relaciona ambas cosas y la frase sale de mi boca siguiendo la melodía adecuada. Muchas veces el resultado es una mirada de este niño está zumbado. Otras las miradas dan paso a carcajadas. Es algo que he hecho desde pequeño. Siempre quise ser payaso, y a ratos lo consigo. A veces el objetivo son las risas, muchas otras no. Simplemente es un impulso automático e incontrolable que, ni siquiera siempre, tiene una conexión directa con mi boca y la canción se queda en el sitio de donde viene, botando de lado a lado en el interior de mi cráneo cual pelota de Pong.

Pues es esta Jukebox la que originará esta serie de posts. La caprichosa máquina hace que muchas de las mañanas me despierte con una canción sonando continuamente: The Wake Up Call. Está ahí desde antes de que abra ese ojo interno que te dice "te vas a despertar" y sigue ahí, a veces durante el resto del día. En ocasiones pasa media hora hasta que soy consciente de que lleva ahí sonando un rato, como una música de fondo a la que no le prestara atención. Muy a menudo supone auténticos quebraderos de cabeza mañaneros que se resuelven cuando por fin descubro a que canción y a qué grupo pertenece el trocito de melodía que se repite sin cesar.



Ayer fue The Shins. Turn on me de su tercer disco Wincing the Night Away.

The Shins son originarios de Albuquerque, NM. Vamos, vecinos de Walter White. Hacen un Rock Indie bastante tranquilo y particular. A veces suenan a los Beatles más traviesos. Combinan guitarras eléctricas con mucha acústica y algunas líneas que te llevan a algún lugar cerca de la frontera. Probáblemente tengan en vosotros el mismo efecto que tuvieron ayer en mí: buen rollete mañanero.